8.7.20

En realidad no sé porqué tecleo. 
Quizás porque la vida ha cambiado mucho desde la última vez que trasteé aquí con las palabras.
Ahora tengo mucho más que decir y, sin embargo, callo mucho más que antes. Mucho más.

Desde hace algunas semanas algo ha hecho clic en mí. No sé definir qué es.
No sé si es la falta de aire o el exceso de él. No sé si es la libertad o la falta de ella. Solo sé que estoy volviendo a verme. Quizás de ahí que esté golpeando así el teclado. A lo mejor estoy reconciliándome conmigo. 

Si es así: menos mal. Me hacía falta. 
No es necesario vivir castigada. 

Nunca te castigues. No se aprende nada. 

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