27.4.12

Una de las cosas que más cuesta aceptar es no importarle a alguien.

Hablo de no importarte en sentido literal
               
                             Que le de lo mismo que le mires o que no lo hagas, que le llames o que no lo hagas. Que no le importe si tu apellido tiene una rima graciosa o si has estado ardiendo en fiebre la noche anterior. Que le de igual cómo te vistas, qué películas veas o qué estés haciendo en este preciso instante. Hay personas a las que no le importa qué colonia usas ni cómo huele tu ropa, si es una lágrima lo que resbala por tu mejilla o el resultado de subir 15 pisos sin ascensor porque estás obsesionada con bajar de peso. Les da igual que enfermes o que no, que estés bien o que no, que tengas problemas o que tu vida sea un lecho de rosas. Hablo de darle igual a alguien, de importarle lo mismo que un chicle pegado al suelo, de ser solo como aquél balón que utilizó Chuck Nolland para no volverse loco en una isla desierta.

Es difícil darse cuenta, disfrazamos situaciones para no vernos como unos imbéciles, pero lo somos. Porque estamos ahí más tiempo del que debiéramos, porque a nosotros si nos importa qué hace al despertar, a qué temperatura le gusta tomar el café o qué olor desprende su ropa. 

Pero si no es recíproco, hay que largarse.

25.4.12

Odio, profundamente, como tergiversan las palabras y las situaciones, según qué personas. Odio los tremendismos y los dramas. Me gusta llamar a cada cosa por su nombre y dar a las flores el color que les corresponde. No me gusta dar vueltas en una rotonda sin tener clara la salida que quiero coger, tampoco me gusta mirar hacia un lado y comparar lo que tengo, lo que hago, con lo que tiene el resto, lo que hace el resto. 

Vivir así, pensar así, hace que mi vida no sea una cama de agua y que todo lo que no me gusta irrumpa y estropee mi estabilidad...

21.4.12

Hoy es un día cualquiera. Un sábado de cualquier mes de Abril de cualquiera de estos últimos años. 
Pero es el día perfecto.


Creo que he limpiado mi alma. Y mis ojos. La humedad de las lágrimas me llega hasta la coronilla. 

18.4.12

Estábamos en casa tomando un café y compartiendo conmigo los secretos más divertidos, también los más íntimos. Saqué ese álbum de fotos que solo ven los más amigos, te mostré mi ropa, mis sábanas. Viste lo que guardo en el mueble del baño y los libros a los que recurro en tiempos de lluvia. También te conté mis planes futuros, hicimos nuevos y compartimos frustraciones. Te adiviné y me adivinaste.

De pronto, por la mañana, tu voz sonaba diferente: fría, distante, desconocida. Nada de lo que te había mostrado antes parecía vivir, ahora, en tu memoria. Al hablarte escuchaba como mi eco se mofaba en mi cara. Desagradable situación.

Durante los meses siguientes intenté dejarte ver quien era, de nuevo. Como si hubieras sufrido amnesia selectiva, tras un accidente cerebrovascular. Respeté cada segundo en el que obviaste mi presencia, no apreté, solo seguía indicaciones médicas. Un día, al ir a tu casa, sin que me invitaras, a enseñarte aquél íntimo álbum de fotos, que no te interesaba ver, vi mi imagen reflejada en el cristal de un escaparate. 

Sentí pena. Ahí estaba yo, víctima de un choque contra una estatua de hierro que me dejó semiconsciente y medio ciega. Sin capacidad de escuchar ni ver lo que estaba ocurriendo, creyendo que debía ser yo la que socorriera aquél alma perdida, cuando ni siquiera tenía una mísera tirita con la que sujetar mi cerebro.

En ese instante di media vuelta, volví a casa, guardé el álbum de fotos donde correspondía, en la estantería de aquel salón de aquel piso de aquel edificio a diez manzanas de ti al que no volverías a entrar.

17.4.12

Toda adicción es contraproducente y la consecuencia siempre implica algún tipo de autolesión:




16.4.12



Hay alguien detrás de la puerta, no existe en nuestra vida eso a lo que llaman soledad.

15.4.12

Nos merecemos mucho más de lo que ofrecen los mercados.

Cuando pasas toda tu vida en singular, obviando abrazos, refugiándote en unidades y protegiéndote a ti misma, valoras mucho lo que te has esforzado en cuidarte. No puedes renunciar a pintarte los labios de rojo, ni a la ropa interior de algodón blanco, no por tan poco. Esas horas colgadas al teléfono desembrollando madejas de hilos de colores que vuelven loca a tus entrañas. Te has esforzado tanto en quererte que no puedes venderte por un puñado de sonrisas. No.

Te has construido a ti misma, lo que ven hoy ahí fuera es el trabajo de muchos años de pruebas. Las pulseras de hilo, el olor de la crema tras la ducha, preocuparte por el color de tus uñas, el gusto que te  supone el agua caliente cuando cae por tu espalda. Todo. Por nada ni nadie te quites las pulseras, dejes de darte crema tras la ducha, olvides pintar tus uñas o enfríes el agua que cae por tu espalda, disfruta de todo lo que has convertido en abrazo estos años, disfruta de todo lo que te ha refugiado del dolor, de la fría soledad, sigue protegiéndote y no bajes tu precio.

Debe existir quién se de cuenta de lo que vale el algodón blanco entre tu piel y valore tu silencio, tu espacio. Es difícil mantenerse firme cuando sube la marea y la furia del mar intenta arrastrarte por la playa, hunde tus manos en la arena como hacías cuando eras pequeña, y agárrate.

...

Es posible que un día aparezca con la cabeza llena de ideas y te invite a verlas, como si se tratase de una galería de arte en pleno Manhattan. Te traerá miles de palabras de aliento, un disco o un par de libros, y hasta posiblemente uno del que él sea autor. Las horas pasarán en un soplo mientras tú disfrutas, feliz, en su cordialidad, te ríes de sus ingeniosos chistes y te meces bajo su encanto cálido y alegre. Te demostrará muchas cosas de mil maneras diferentes, como no podría hacerlo nadie más en el mundo.
Al día siguiente te llamará por teléfono para deshacer esa cita sin ningún motivo aparente y tú empezarás a pensar toda clase de cosas. ¿Hablaba de broma cuando empastaba su foto y la tuya? ¿Tendrá algún problema?, es posible que tus temores tengan fundamento, pero también pueden ser un simple sueño. Una semana después reaparecerá lleno de comentarios sarcásticos, malhumorado e irritable. Se mostrará quisquilloso, impaciente y criticará tu lápiz de labios o tu gusto literario, hostil y distante, de nada sirve indagar, no obtendrás ninguna respuesta. Dale aire.
Si eres lo suficientemente ágil como para sobrevivir a esta experiencia, al cabo de pocos días más estarás visitando una galería de arte, teatro, museo o biblioteca hipnotizada por sus conocimientos o la amplitud de sus intereses.
Estar a su lado es fácil y divertido, siempre que no intentes aproximarte demasiado, hay un núcleo íntimo que solo le pertenece a él y que jamás compartirá. No le aburras, interésale, no te muestres extremadamente apasionada ni dramática, a mitad del camino ya no estará ahí. Acompáñale, es apasionante saltar piedras lascadas, de esas que cortan hasta la mirada, con la agilidad de sus movimientos.
Excepcionalmente tierno, lleno de sueños frágiles como mariposas y de dulces esperanzas para el mañana. Es música, ligera y alegre...es un enigma increíblemente versátil, eso es si, un enigma etéreo y fugitivo que provoca emociones a través de la extraña belleza de su idealismo.

14.4.12


-si!?

-No esta saliendo bien George!!!, esto es lo que pasa por decir la verdad o tan solo una parte de ella? no es justo!

-Dónde estás?

-He robado una furgoneta del parque y estoy persiguiendo a Michael por la avenida Michigan, George todo esto es tu culpa, le he dicho la verdad, le he dicho que le quería y le he besado y esto es lo que ha pasado!!!

-Jules, una pregunta: cuando has besado a Michael, te ha devuelto el beso?

-Qué quieres decir? estabamos labios con labios! 

-Quiero decir: ha habido algo en ese beso que te lleve a pensar que esta persecución acabará felizmente?

-Eso es irrelevante, nos interrumpieron!

-Quién los interrumpió?

-Kimmi! lo estropeó todo y Michael se ha puesto a perseguirla antes de responderme!

-Michael persigue a Kimmi?

-si...

-Y tu persigues a Michael?

-si...

-y a ti quién te persigue?, NADIE lo captas?, ahí esta tu respuesta!



La boda de mi mejor amigo.

9.4.12

Hay momentos de la vida en los que la incertidumbre se apodera del camino, es ella quién alumbra tus pasos. A su alrededor van despertando sentimientos que hacen mella, angustias, malos ratos, que solo dan profundidad a eso que ya nos altera.

Son estas situaciones las que marcan malas etapas. Son estas situaciones las que queremos que queden en simples sustos. Y sea o no así, es en estos momentos en los que necesitamos el amparo de ese olor conocido, esas voces familiares que nos alientan y nos dicen que todo irá bien, que no te preocupes. 

Y yo hoy te lo digo a ti.

8.4.12

No quiero sobrarte.

Quiero que tengas ganas de saludarme al despertar. Que quieras contarme esas tonterías que componen el día a día, que no sólo seamos cunas de problemas, sino de risas. Como estos días. Porque eso ERAMOS y hemos vuelto a SER. 

Porque hablando se entiende la gente, porque nadie me conoce mejor que tu, bueno, sólo tú me conoces, y porque además de todo eso, estoy orgullosa de que seas mi hermana de vida.


Porque a ti y a mi, con sólo mirarnos a los ojos nos basta. Porque este camino, por muy arduo que se vuelva, lo vamos a cruzar de la mano, porque si tu te paras, yo me pararé a tu lado.

5.4.12

Cómo pasamos de no querer a querer.
Cómo pasamos de tener tirria a un posible abrazo, a intentar imaginarlo.
De querer colgar, a querer descolgar.
De querer acabar, a volver al comienzo.


Cómo es posible que todo cambie tanto ante nuestros ojos, y que no hagamos nada por mejorarlo, todo lo contrario, como es posible estropearlo todo. Cómo es posible que te traten como a una loca. Cómo es posible sentir impotencia. Cómo es posible pasar de ser protagonista a relleno. Cómo es posible alargar la vida a tus lentillas. Cómo es posible sentir preocupación por algo no real. Cómo es posible convertirlo en real, tú sola. Cómo es posible firmar un contrato e incumplirlo. Cómo es posible que antes quisieras y ahora no. Cómo es posible que aquella beta de la madera que te parecía única, ahora sea el fallo por el que dejas esa mesa encantadora. Cómo es posible que todo se convierta en inseguridad. Cómo es posible.

¿?

Es posible porque te dejas llevar, porque te engaña. Te engaña el tiempo, las letras, el lugar. Te engaña el desconocimiento, la ignorancia. Te creas un mundo en tu mente en el que estás bien, pero estás solo tu. Sal de ahí, no te conviene. Ni el mundo, ni toda esa parafernalia.
Las segundas partes nunca fueron buenas.

3.4.12

Sonrisas furtivas. Miradas.
Suspiros. Aves migratorias estomacales.

Durante todo el día ríes. Buscas colores, te expones al sol. Ha llegado la primavera, la disfrutas, no solo eso, sino cada segundo del día que vives. ¿Por qué?... ¿por qué no? Algo ha cambiado y mucho.
Cobardía. Esperas. Incertidumbres.

No las quiero, a ninguna de esas tres palabras, ni hechos, ni personas. No las quiero. 

Por eso cojo la goma y borro, porque esta vez escribí con lápiz.


Solo quiero normalidad. Sencillez. Cosas claras, limpias, sinceras. Sin mantas ni escondites, sin aristas. Porque ya está bien.