25.4.12

Odio, profundamente, como tergiversan las palabras y las situaciones, según qué personas. Odio los tremendismos y los dramas. Me gusta llamar a cada cosa por su nombre y dar a las flores el color que les corresponde. No me gusta dar vueltas en una rotonda sin tener clara la salida que quiero coger, tampoco me gusta mirar hacia un lado y comparar lo que tengo, lo que hago, con lo que tiene el resto, lo que hace el resto. 

Vivir así, pensar así, hace que mi vida no sea una cama de agua y que todo lo que no me gusta irrumpa y estropee mi estabilidad...

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