27.2.12

Si la vida de cada uno fuera un tablero de ajedrez, moveríamos cada ficha para proteger al rey. El rey serían nuestros proyectos, nuestros planes de futuro y, también, del presente. Nuestros deseos, anhelos y luchas internas. Nuestros gustos, preferencias, mariposas y ovejas negras. Los problemas, las clases o disgustos laborales. Resfriados y rechazos corporales. Sentimientos, confusiones, angustias y alegrías. 

El rey, en definitiva, lo es todo, es la vida. El resto de fichas son decisiones, caminos, senderos que cogemos para vivir al rey, para protegerlo y llegar a las metas propuestas. ¿Qué pasaría si dejas a tu rey protegido y mueves tus fichas mirando el tablero del vecino? Que no vives amigo, no vives. 

23.2.12










Contrariedad: Suceso imprevisto que impide o retarda el logro de un deseo.
Cuando digo que es NO es NO.

No me gusta que intenten convencerme de cosas que sé como son. Si digo blanco es blanco, no es gris. Y si digo que SI, pues es que SI.

Si yo, en un principio, digo que me gustan las fresas, cuando me las pongas delante, casi con toda seguridad, comeré fresas. Sin embargo, dudaré sobre si quiero o no nísperos. No me gustan los nísperos, ni me gustarán nunca. Me gusta su olor, pero no comeré nísperos todos los días. Fresas si.

Cuando te ofrecen algo y no dices SI en menos de 10 segundos (por ser generosos), es que no lo quieres. Y si no lo quieres, es que no te gusta. Las cosas te gustan o no te gustan, no te gustan más o menos. O es si... o es no.

18.2.12


Después de un tiempo aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño. Aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.. Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida... Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias. Y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida... que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar de su compañía... Descubrirás que muchas veces te tomas a la ligera a las personas que más te importan. Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve... Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlaran a ti y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza... Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo... Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Entonces y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Y es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de ¡enfrentarla!.


William Shakespeare
(no texto completo)

17.2.12

Signos de puntuación

Está la coma (,) que es para continuar escribiendo y abrazar aclaraciones, enumeraciones...
Está el punto y seguido. Que sirve para esto, para parar y seguir escribiendo, viviendo.
Están los dos puntos (:) que son para llamar la atención sobre lo que sigue.
Está el punto y coma (;) que se utiliza para unir dos oraciones o enumeraciones más elaboradas. 
Está el guión (que no el guión bajo) (-) que sustituye a la coma en las enumeraciones y sirve de seña al diálogo.
Tenemos los paréntesis (), las exclamaciones ¡! , los signos de interrogación ¿? y por supuesto, los tres puntos ...

Pero, sin duda, a mi el que más me gusta, el más interesante, es el punto y a parte.




Impulsos.

Son incontrolables. Al menos a mi me lo parecen. Nacen en mi estómago y se apoderan de mis actos. No hablo yo, son ellos. Los impulsos.

Dicen cosas que son secretas, van en contra de mi tranquilidad, de mis planes. Y hacer... hacen mucho más de lo que yo, por mi misma, haría.

Hay impulsos buenos e impulsos malos. Con los buenos me llevo bien, con los malos no. Despiertan furias y resentimientos guardados. Dan pistas sobre mi estado de ánimo. Y hacen que me arme de valor para hacer y decir cosas que no haría sin estar dominada por ellos.

Pensándolo bien, no están tan mal. Quizás, los impulsos, son necesarios para vivir. Quizás, sin ellos, no sería quien soy.

Por eso estoy hoy aquí. Dándote una pista. No tecleo yo, teclean mis impulsos. Te dicen que pares. Que si no quieres lo digas. Que te rías solo de los chistes. Y que ellos, que me ven desde el estómago, pueden corroborar, que aparento ser más tonta de lo que soy. Así que ten cuidado, si, tenlo. Porque los juegos, juegos son. Porque aquí follamos todos, o tiramos la puta al río.

16.2.12

La piedra.

Recuerdo cuando era pequeña e iba recogiendo piedras por la playa. Algunas las cogía porque eran redondas, ninguno de sus lados hacía daño. Otras las cogía porque tenían tantas aristas que era imposible que pasaran desapercibidas. Otras las recogía por su color, por su textura, y otras, mis preferidas, por sus extrañas formas.


Al llegar a casa las lavaba con cuidado, les quitaba bien la arena y la sal para poder ponerlas en un cuenco y que adornaran mi baño. 

Aún hoy conservo algunas. Unas de esas redondas, lisas y suaves... y entre ellas, una, que cada vez que toco, me hace daño, por mucho cuidado que tenga, uno de sus lados corta. Yo, como soy de esas a las que les gusta el riesgo, suelo cogerla con dos dedos y observarla, tiene huecos, hendiduras, lados suaves, otros muy ásperos... si, me la sé de memoria, pero cada vez que me confío y decido  cogerla con toda la mano, me corto, y hace mucho daño...




Cuando termino de limpiar el estropicio suelo guardarla y pensar en no volver a cogerla nunca más.

13.2.12

Soberbia
Avaricia
Lujuria
Ira
Gula
Envidia
Pereza

Experimento cuatro de los siete pecados capitales. No es bueno, ¿no?

12.2.12

Te reirás recordando un día de primavera, cuando tenía siete años. Había metido los dedos en un pastel de chocolate, en la crema de afeitar de mi padre, en la pecera, en el cubo de la basura, en una olla con sopa caliente y en un enchufe. Tú ya estabas furiosa. Después, al oscurecer, mientras me observabas saltar cazando luciérnagas, suspiraste, preguntándote en voz alta: "¿Por qué no descansa?, por qué no deja de inventar?, por qué demonios se mete en todo?, ¿por qué no para de pensar?"; te oí y me inquieté. Jamás te olvidarás de la expresión de mis chispeantes ojos al contestarte: "Oye mami, no te preocupes, que algún día encontraré la manera de hacer que mi mente aterrice". 

Linda Goodman.

11.2.12

Vacío.

Rima con mío, frío, tío, pío, desvío, caserío, escalofrío, trío, río, hastío, cablerío, envío, gentío y amorío. Sin embargo, yo lo que quiero decir es vacío.