17.2.12

Impulsos.

Son incontrolables. Al menos a mi me lo parecen. Nacen en mi estómago y se apoderan de mis actos. No hablo yo, son ellos. Los impulsos.

Dicen cosas que son secretas, van en contra de mi tranquilidad, de mis planes. Y hacer... hacen mucho más de lo que yo, por mi misma, haría.

Hay impulsos buenos e impulsos malos. Con los buenos me llevo bien, con los malos no. Despiertan furias y resentimientos guardados. Dan pistas sobre mi estado de ánimo. Y hacen que me arme de valor para hacer y decir cosas que no haría sin estar dominada por ellos.

Pensándolo bien, no están tan mal. Quizás, los impulsos, son necesarios para vivir. Quizás, sin ellos, no sería quien soy.

Por eso estoy hoy aquí. Dándote una pista. No tecleo yo, teclean mis impulsos. Te dicen que pares. Que si no quieres lo digas. Que te rías solo de los chistes. Y que ellos, que me ven desde el estómago, pueden corroborar, que aparento ser más tonta de lo que soy. Así que ten cuidado, si, tenlo. Porque los juegos, juegos son. Porque aquí follamos todos, o tiramos la puta al río.