No quiero sobrarte.
Quiero que tengas ganas de saludarme al despertar. Que quieras contarme esas tonterías que componen el día a día, que no sólo seamos cunas de problemas, sino de risas. Como estos días. Porque eso ERAMOS y hemos vuelto a SER.
Porque hablando se entiende la gente, porque nadie me conoce mejor que tu, bueno, sólo tú me conoces, y porque además de todo eso, estoy orgullosa de que seas mi hermana de vida.
Porque a ti y a mi, con sólo mirarnos a los ojos nos basta. Porque este camino, por muy arduo que se vuelva, lo vamos a cruzar de la mano, porque si tu te paras, yo me pararé a tu lado.
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