10.8.11

Un limón y medio

Leo el post que escribí al llegar a casa y me animo. Es la segunda cosa que hace que me anime estos días. Parece mentira. Llego a mi isla, con mi limón, pero no estoy siendo feliz. En casa no estoy bien, vuelan cuchillos a mi alrededor y claro, estoy muy ocupada esquivándolos, he conseguido hacer de mi habitación un lugar confortable, pero todavía no he marcado mi territorio y lo que realmente hace que esté más incómoda es que la gente pise mi tierra, mis cultivos.

Soy una persona muy reservada, aunque no lo parezca, o tal vez si, no lo sé, pero lo soy. Es raro que participe activamente en la convivencia, más bien vivo mi vida y comparto momentos con los que me rodean, pero solo a veces, solo cuando estoy realmente bien y a gusto (con mi limón soy feliz y claro, siempre participo, estoy todo el día online) Y ahora no lo estoy. He necesitado, pero NECESITAR con mayúsculas, quedarme en casa sola para poder respirar y estoy agobiada porque sé que serán unas miseras horas... y yo necesito casi una vida.

Pero ahora no es momento de experimentar, ahora es solo momento de vivir, tal como está. Me adecuaré a las circunstancias e intentaré estar lo mejor posible, porque mi limón se lo merece, más que nada y que nadie en este mundo. Seré fotógrafa para adornar su vida de limones y plantaré el mío junto a la ventana, estaré siempre dispuesta y preparada, porque cuando se esconda el sol y mire hacia atrás, más triste que ahora, quiero ver el amarillo por todas partes, rodeado de sonrisas.

No hay comentarios: