23.1.12

Conectando

Aparentemente no le interesa la pasión terrenal. Es difícil conseguir que se asiente un poco durante el tiempo suficiente para tomarse en serio la pasión o cualquier otra cosa.

    Jamás viajará en tren cuando pueda ir en avión. Jamás se quedará callada cuando pueda hablar. Jamás esquivará el bulto cuando pueda ayudar. Y si puede correr...jamás caminará. Su mente está llena de tantas esperanzas, que puede parecer que necesita una computadora para distinguirlas a todas. ¿O necesita simplemente a alguien que sea capaz de correr junto a ella, arrojar con ella sueños al aire, desde aquí a mañana? Si tú eres ese hombre, corre, ella no se atreve a mirar por encima del hombro para ver si estás cerca. Dentro de ella hay un miedo, profundo y no explicado, que le impide mirar nunca hacia atrás.
     Cuando finalmente alcances su velocidad, consigue que sea ella quien disminuya el paso. Puedes hacerlo, si la tomas fuertemente de la mano y no se la sueltas nunca. Aunque los vientos mercurianos la impulsen a seguir, es posible que esté más deseosa de lo que tú te imaginas de descansar un poco. Date prisa y trata de alcanzarla.

Linda  Goodman.